jueves, 23 de enero de 2014


Anécdota de la rana que quería ser una auténtica rana.

Mi  anécdota es que un día, fui a unos quince años  y todas mis amigas iban a ir con tacones y si no llevaba yo se iba a ver mal, entonces decidí  llevar tacones, cuando estábamos bailando me tropecé y me caí, me dio mucha vergüenza.
Pero yo aprendí una lección, que no porque todas lleven tocones, afueras las demás personas los tendrán que llevar. Desde esa caída jamás volví a llevar tacones a las fiestas.

Esmeralda Flores González.

 

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